Carlos encontró un softail barato en Santander así que fue a por ella y se la trajo en marcha, a pesar de tener la horquilla doblada. Tenía claro que quería piezas artesanales y que no le preocupaban los tiempos.
Es por ello que esta moto tiene mucho de artesanal, como el soporte del faro, los tirantes de la aleta trasera y el sissy bar donde se aloja el eléctrico de las intermitencias o el soporte del velocímetro.
* Portada y reportaje de Nacho Mahou y Diego Sinova en el número 52 de la revista Chopperon.